Me siento a flotar, siento mis dedos despegarse del suelo,
lo vi, lo pensé, en verdad debe ser un sueño. Eso pensé en el momento en
que lo vi caminar en la calle. Alto, buen mozo, era un ensueño y yo con la
timidez de una quinceañera al ver que venía hacia mí. Como pueden sorprender
los amores fugaces que te encuentras de sorpresa en las calles de la ciudad,
como pueden llegar tan rápido e irse tan rápido como llegaron. Aun me pregunto qué
hubiera pasado si me hubiera armado de valor para preguntarle su nombre,
preguntarle quien era o al menos preguntarle su nombre. En el tema de ser
valiente siempre he sido la última de la lista y no hablemos de ser sociable
que allí no terminamos, pero aun ahora deseo poder volver a verlo aunque sea un
momento y decirle que me atrae y aun lo recuerdo, dolorosamente aun siento su
mirada sobre mí y el dolor cuando lo vi irse. Un amor a primera vista que se
fue tan rápido como llego. Cualquiera que este leyendo esto y pase en la misma situación
que yo pase, por favor, has este favor a mí y primeramente a ti. Ármate de
valor y háblale, aunque te crea loco, desquiciado o acosador háblale, quien
sabe, tal vez te pueda sorprender el resultado. Vale la pena intentarlo.
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